TEATRO. "La tumba de María Zambrano": Licencia para aburrir
Para Alessandro Baricco, los grandes nombres de la cultura se han convertido, en nuestros días, en marcas comerciales. Según ese supuesto, una filósofa de prestigio como María Zambrano es una buena excusa para, de paso, promover la marca del autor que escribe una obra de teatro basada en este personaje. Hasta ahí, nada que objetar, hay magníficas obras en torno a figuras de renombre. El problema es cuando el resultado es tan pobre que resulta mucho más conveniente leer a la intelectual, en cuestión, que ver la función, representada a su mayor gloria. En el texto explicativo, que se reparte a la entrada de la sala del Teatro Valle Inclán donde se representa la obra, se dice: "María Zambrano no cejó en la búsqueda de una filosofía que fuera útil para la vida cotidiana. Y la encontró. Encontró la razón poética y el sueño creador, dos de su aportaciones más relevantes. Nosotros hemos intentado aunar ambos legados". En mi opinión, "La tumba de María Zambrano