El Capri de Axel Munthe. En la imagen, dormitorio del médico y escritor en la Villa San Michele









Leí "La historia de San Michele" cuando tenía 14 años. Me acuerdo especialmente de esa novela autobiográfica, escrita por un médico dedicado a la siquiatría, porque fue una de  mis primeras lecturas de descubrimiento del mundo adulto. Por aquella época estaba en cuarto de bachillerato  y pensaba que podría estudiar medicina como Axel Munthe. 
Cuando, recientemente, estuve en Capri y visité la casa, que el médico sueco edificó sobre la antigua villa del emperador Tiberio, volví a leer ese libro que fue un best seller de largo alcance, desde su publicación en 1929. Munthe pasó 56 años de su larga vida- murió a los 92 años-en la isla  que fue colonia griega y lugar de vacaciones en el imperio romano. (Leer más)
"La historia de San Michele" tiene algo de lo que ahora llamaríamos autoficción; ce n’est rien donner aux hommes que de ne pas se donner soi-même” escribió Munthe al principio de su obra literaria más conocida, frase que da una idea de la manera en que practicó el ejercicio de la medicina. El libro es sobre todo un excepcional relato de la vida de un humanista que, como reza la placa, en la fachada de la villa San Michele, fue: amigo de los humildes y protector de los animales. Además del médico preferido del París aristocrático que refleja Proust en "La busca del tiempo perdido".  Alumno del neurólogo Charcot, que trabajó sobre la hipnosis y la histeria,  Munthe, denominado médico de nervios, ¡que maravillosa generalización, frente a las precisión clasificadora de la ciencia actual!  frecuentó  la compañía de científicos como Pasteur y de artistas y escritores de la talla de Henry James y Guy de Maupassant ".
Axel Munthe
  

"En Capri no hay necesidad de apresurarse"



Lo primero que se aprecia en Capri, sobre todo viniendo de un país como España que ha sometido a sus costas a una destrucción sistemática, es que, a pesar de sus innumerables turistas, restaurantes y tiendas de todo tipo sigue siendo muy parecido al paraíso que sedujo a Axel Munthe, Pablo Neruda, Roberto Rossellini y a tantos otros. Al diferencia de otros lugares turísticos, sus casas, blancas y bajas no irrumpen desconsideradamente en el paisaje y la isla, con la mezcla de colores; azul, verde, blanco... tiene el aire pacífico y somnoliento de un lugar en el que, como dijo Axel Munthe, no hay necesidad de apresurarse.
El médico sueco, viajero y aventurero, que había estado en Nápoles, atendiendo a los enfermos de cólera, en las trincheras de la primera guerra mundial, en el hospital de la Salpêtrière de París, en Laponia y en Roma, construyó con sus propias manos, ayudado por los lugareños, la casa y la capilla del santo que da nombre a su refugio en Anacapri. Desde lo alto de la colina donde se alza la Villa San Michelle, entre el jardín de aromáticas y cipreses, los días de calma, se  domina la bahia de Napoles, y el viejo puerto de Capri. Hoy en día, tal como quiso su dueño, es un museo, lugar de alojamiento de escritores, artistas e investigadores y un centro de protección para la vegetación mediterránea y las aves migratorias.



Vista desde el jardín de Axel Munthe en Anacapri


La casa, la capilla y el jardín forman parte del museo dedicado al doctor Munthe



Mirador de Villa San Michelle con la  esfinge frente al golfo de Napoles y el puerto de Capri




Munthe curó con la misma dedicación a los mas desfavorecidos de la sociedad y a la familia real sueca


               

Al releer "La historia de San Michelle", después de tantos años, me parece que el libro no ha perdido actualidad.  Los tipos y personajes, descritos por Munthe, que vivieron en la primera parte del siglo pasado,   dan una sensación de verosimilitud mayor que muchos de los que protagonizan algunos best sellers actuales. Quizá por la mezcla de sinceridad, humor, crítica y empatía hacia el enfermo, real, o incluso imaginario, que es una de las características de esta obra, sentimos toda la complejidad de la condición humana.  Algunos pasajes, como la descripción realista de la vida de los niños dados en adopción a familias que vivían en un entorno de brutalidad y pobreza y la desgarradora historia del hijo de una joven paciente a la que salvó de la muerte- La tesis doctoral de Axel Munthe versó sobre ginecología- me han conmovido particularmente.   Por su profesión el escritor era un observador privilegiado de  las vanidades y los placeres de determinada forma de vida,  y de la dureza y la miseria del resto. Hay una capacidad de compasión que planea durante todo el relato y a la que el autor se refiere en alguna ocasión como cuando dice:

"La razón por la que me gustaba era porque sentía lástima de él. Aquellos días solo me gustaba, de verdad, la gente que compadecía" 


En el libro autobiográfico, reeditado en español en 2013 por "Libros de vanguardia",  no habla de parte de su su vida privada, de un primer matrimonio en Suecia,  ni de su segunda mujer, la aristócrata inglesa,  Hilda Pennington-Mellor con la que tuvo dos hijos.
Axel Munthe escribió otras obras, aunque ninguna igualó la fama de "La historia de San Michelle":  "Smá Skizzer" (1888); "Bref och Skizzer" (1909), "Cruz roja, cruz de hierro" (1916) sobre su actuación médica  en la primera guerra mundial,  "Lo que no conté en la Historia de San Michelle", recopilación de artículos, en español 1937), además de "Cartas de una ciudad en duelo, Nápoles 1884" , sobre su experiencia en la ciudad cercada por el cólera.





El doctor Munthe con algunos de sus perros




No hay ninguna droga tan poderosa como la esperanza


Axel Munthe no se priva de criticar al al médico estrella del momento, Charcot, famoso por sus investigaciones sobre la hipnosis y la histeria por la utilización  abusiva de sus pacientes, al tiempo que elogia la dedicación de otros colegas, menos conocidos. El triunfo literario de Axel Munthe y la elección de Capri para erigir su casa, que cedió al Estado en su testamento, ha evitado el olvido de sus logros como médico. Algo que sucede continuamente. Recuerdo que cuando murió uno de nuestros especialistas más ilustres de la cardiología pediátrica, el doctor Quero Jimenez, conocido internacionalmente por sus investigaciones e introductor de esa especialidad en España, apenas mereció una par de párrafos en algún periódico. Sin duda son otras las personas y actividades que busca un periodismo cada vez más centrado en el sensacionalismo de los titulares. 
Por todo ello, la lectura de este viejo libro, que nos acerca a una época en que la médicina estaba menos adelantada, pero en la que los enfermos sentían el mismo dolor, la misma angustia, la misma esperanza de curación que en nuestros días, es muy recomendable. 




















http://www.atlanticaxxii.com/axel-munthe-la-mirada-humanista-del-cientifico/

http://luismontielllorente.blogspot.com.es/2010/12/la-historia-de-san-michele-de-axel.html

Axel Munthe en la historia de la medicina.

Biografía de Axel Munthe


Comentarios

  1. Pues... habrá que leer el libro Teresa.

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  2. Lo mejor en en unas vacaciones en Capri, frente al Mediterráneo.
    Un abrazo.

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  3. Estou lendo uma edição de 1939, em português (brasileiro). Adorando!

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    Respuestas
    1. Me alegra mucho que te guste, Carmen. Es un libro que, a pesar del tiempo transcurrido, no ha pasado de moda.

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