MIS VACACIONES Y EL VIRUS DEL ÉBOLA. En la foto de Reuters, Teresa Romero en el hospital
(Por Mencía López-Henares) El pasado mes de agosto fuimos unos días de vacaciones a Sanxenxo, en Galicia, donde habíamos alquilado una casa, mi marido y yo, con nuestros dos niños de 7 y 9 años e invitamos a mi madre que trabaja de enfermera en el hospital Carlos III. Hasta entonces yo apenas había oído hablar del virus del Ébola. Nos instalamos y pasados unos días mi madre, que previamente nos había mandado una extraña foto vestida de astronauta, nos llamó por teléfono: no sabía si al final podría venir, estaba en el turno de cuidados del religioso Miguel Pajares. Finalmente mandó un escueto mensaje: llegaré mañana.