Isabel Diaz Ayuso o el polémico ascenso de la chica de al lado
En estos momento de polarización política, hay dos mujeres en las
que confluyen el amor y el odio, las filias y las fobias, la admiración
o el desdén de los ciudadanos y votantes españoles y que
representan dos maneras antagónicas de entender la vida y la política;
Isabel Diaz Ayuso, cuyo irresistible empuje empieza a
preocupar a sus compañeros de partido y Yolanda Diaz, convertida
en la nueva musa de los votantes de izquierda, una mujer con un dulce
acento gallego que contrasta con la actitud vociferante de muchas de sus
compañeras de partido y se ha revelado una estrella de la política en un
momento en que Pedro Sánchez emprende la senda de la decadencia y Casado
tiene todas las de perder frente al cometa Ayuso que, según las últimas
encuestas, está a un punto de la mayoría absoluta en
Madrid.
La aparición de Diaz Ayuso, hace unos días, en El Hormiguero se convirtió
en un espectáculo de masas para deleite de sus fans y críticas de sus
detractores. Su intervención tuvo todos los ingredientes de una buena
película: cuidado guion, gran actuación, excelente puesta en escena a
cargo de Miguel Ángel Rodríguez. Pero, ¿ cuáles son las claves del éxito imparable de la política que, en
sus inicios, concitó las burlas y críticas, no solo de sus
oponentes, si no también de muchos comentaristas de prensa?
Ya no es ningún secreto que bajo la imagen de la vecina de al lado que
siempre nos saluda en el descansillo del ascensor hay una mujer de
hierro, mucho más ambiciosa de lo que pensábamos y dotada de una
envidiable intuición que le ha hecho salir airosa de situaciones
difíciles cuando parecía que todo estaba en su contra. Muy hábil para
elegir a sus colaboradores y actuar con firmeza en el momento
oportuno.
En mi opinión, son varias las características que distinguen a
Isabel Diaz Ayuso de otros compañeros de la política y la han colocado en
el top ten en el ranking de popularidad de modo que ha conseguido que todo
el mundo hable de ella, aunque algunos la pongan verde.
La mirada de la
jovencísima Isabel, en esta de la foto, hace prever su futuro
Las cuatro claves de la meteórica subida de
Isabel Diaz Ayuso
Personalidad
Una de las normas de marketing para vender un producto es distinguirse
de la competencia para crear una marca propia que no se confunda con las
demás. Proyectar una imagen personal, convertirse en alguien
o algo conocido, destacar entre la super abundancia de imágenes y
chichés con forma de ideas -aclaro que con esto no pretendo cosificar a
los políticos, es solo una metáfora del mundo actual bombardeado por la
información-. En el caso de Diaz Ayuso, pienso que la superabundancia de
memes negativos y las feroces críticas recibidas, -no entro ahora a
valorarlas-, paradójicamente, han contribuido a darla un mayor
protagonismo, a crear un personaje con unas características propias y a
subrayar su personalidad, que la tiene, -al margen de que nos guste o
no- De manera que se ha convertido en la antagonista por
antonomasia del presidente del gobierno. Y la persona que ha conseguido
aglutinar los votos, tanto de los que se sitúan a la derecha del
PP, (Vox), como los del sector, más a la izquierda del PP que optó por
votar a Ayuso en lugar de al representante del PSOE, toda vez que las
encuestas habían pronosticado que Ciudadanos no obtendría escaño en
Madrid.
Cercanía:
Desde sus balbuceantes comienzos y las meteduras de pata de sus
primeras intervenciones, Isabel Diaz Ayuso ha derivado a convertirse en
una comunicadora dotada de lo que un comentarista ha definido como
aplastante naturalidad.
Lo cierto es que la imagen de Isabel Diaz Ayuso se aleja de la que
podía esperarse de una política de derechas. Casi todo en ella se
mimetiza con una clase media en la que se pueden englobar una mayoría de
españoles: Piso alquilado de 50 m. cuadrados; nevera de chica que vive
sola, a menudo con telarañas, lo que tiene como consecuencia bajar al
bar de al lado para suministrarse de comida; familia con problemas
económicos, lo que la ha empujado a buscarse la vida desde muy joven;
carrera (periodismo) y un master, lo suficiente para cubrir el
expediente, pero que no requieren difíciles oposiciones ni garantiza un
brillante futuro. Sus aficiones: barbacoa los findes, salidas y copeteos
moderados-yo misma me la encontré en el bar de al lado de mi casa, eso
sí, acompañada de los periodistas que la entrevistaban y que se
distinguían del resto de los parroquianos por sus micrófonos y
grabadoras y porque bebían la cerveza a morro de la botella; música pop
hasta el punto de poder reconocer las canciones de los 80 y 90 a los
primeros acordes. Ni una mención a aspectos mas propios de alta cultura
que podrían acercarle a un publico mas elitista: libros, arte, música
clásica.
Se me olvidaba mencionar los paseos con su perro por el barrio . Al fin y
al cabo a la gente le gusta conocer los detalles mas cotidianos de los
famosos, no es casualidad que su momento mas brillante en la entrevista de
Pablo Motos fuera cuando dijo que en la campaña para denigrarla, de la que
responsabilizó a Iván Redondo, la habían tildado de loca. Entonces
añadió que su padre había muerto demenciado...
¡Quién no tiene un padre, un abuelo algún conocido o familiar que sufra
ese mal tan propio de nuestra longeva vida moderna! En ese momento,
probablemente, muchos espectadores empatizaron con ella. Y después, la
respuestas a la pregunta obligada sobre las muertes de los ancianos en las residencias se diluyó en el magma de la entrevista. Además, ya sabemos, que lo
concreto, lo que podemos conocer, imaginar, ponerlo cara, como la de la
chica de al lado que nos cuenta con desparpajo algo de su vida en el
descansillo de la escalera y como dice la tía Mercedes se ha puesto muy
mona, tiene más capacidad de comunicación que lo abstracto, los
múltiples datos numéricos que leemos en un informe sobre las muertes en
residencias.
Oportunidad
Estar en el sitio justo en el momento justo en sin duda una buena
plataforma para el triunfo, pero aún más difícil es aprovechar las
oportunidades, saber utilizar el viento a tu favor y no dejar pasar el
momento que, ¡Ay!, ya no va a volver jamás. Isabel Diaz Ayuso ha sabido
sacar partido de las conjunciones de los astros. Me pregunto qué
verían en ella los dirigentes que decidieron colocarla en el punto de
partida para aspirar a la Comunidad de Madrid, un mandato en el cual el
punto de inflexión, el momento en que vimos a la patosa oruga
convertida en mariposa empeñada en volar hacia el sol de la gloria, se
produjo el 4 de mayo de 2021 cuando convocó elecciones
anticipadas. Entonces asistimos a un trepidante thriller político,
una carrera en la que por el canto de un duro, Diaz Ayuso consiguió
sortear la moción de censura de la oposición, proclamarse presidenta por
muchos más votos que en 2019 y quitarse de en medio al "fastidioso"
compañero de viaje que se vio obligado a dimitir.
Otro momento en el que Diaz Ayuso supo utilizar los acontecimientos a
su favor fue cuando decidió, a diferencia del resto de las autonomías,
mantener abierta la hostelería, de lo que acabó sacando réditos
políticos. En definitiva, Isabel ha hecho gala de una serie de reflejos
que, hasta la fecha, le han funcionado.
La construcción de un relato
En los planes de negocio se conoce como punto de inflexión aquel a
partir del cual se empieza a ganar dinero. En la carrera de Isabel Diaz
Ayuso, el punto de inflexión fue aquel en el que, tras su segunda
elección a la Comunidad de Madrid se proclamó como la política más
votada. Desde ese momento, el relato épico de la chica que se
enfrenta al poder de su antagonista, Pedro Sánchez, paso a convertirse
en un relato de éxito y ya se sabe que no hay nada que produzca
más fascinación en nuestra sociedad que el éxito, que se retroalimenta a
sí mismo. Que un libro se haya vendido bien es la primera
condición para que se venda mejor y que luego se convierta en una serie
que se venda todavía más. Cuando el éxito pasa a formar parte de
cualquier relato, lo demás, como se dice vulgarmente, es pan comido.
Así, las sub-tramas como, la eclosión de un nacionalismo madrileño
que, hasta entonces, nunca había existido y es el contra punto del
catalán o la visión de la ciudad como la tierra de las oportunidades y
la libertad al modo americano solo refuerzan el discurso
principal.
En este relato la fascinación del éxito, producto de la audacia,
sazonado con algunas pinceladas de humor surrealista que es uno de los
puntos fuertes de Ayuso, ocultan los, en mi opinión, puntos más
débiles de su discurso, la constante utilización de la palabra
libertad y la demonización del enemigo.
En el fondo, el discurso de un político no tiene que ver
con el de un intelectual; la reflexión, la duda, el
distanciamiento o la ironía, suelen estar muy lejos de sus
planteamientos por lo que es la eficacia lo que acaba dando la medida de
su gestión. En estos momentos en los que el Partido Popular se debate en
guerras internas el futuro de Ayuso es una incógnita que solo el tiempo
acabará por desvelar.
https://blogs.publico.es/david-bollero/2021/11/10/ayuso-hormiguero/
Comentarios
Publicar un comentario