¿Adónde va la cultura?

El binomio de Newton es tan bello como la venus de Milo. Lo que hay es poca gente para darse cuenta de eso.
(Álvaro de Campos)
Fernando Pessoa


Entre un tweet de emergencia y una rápida visión a las últimas noticias de facebook, aún queda tiempo para leer algo de poesía por ejemplo Pessoa con su astenia y su melancolía.  Ayer encontré   los "Poemas de Álvaro Campos", comprados en un viaje a Portugal. Ahora leer un libro de poemas en papel me produce un placer que ya tiene algo  de anticuado y decadente por lo que me digo ¿Hacia donde se dirige lo que hasta el siglo pasado entendíamos por cultura?  En los tiempos que ya solo recordamos los ancianos cuando aún se podía preguntar por el nombre de una calle a algún transeúnte que no caminaba adherido a su móvil y nadie sabía lo que era el  hipertexto, existía lo que  se dio en llamar  alta cultura para  diferenciarla de la cultura  popular propia de los oyentes de Sautier Casaseca que luego se convirtieron en los espectadores de Farmacia de Guardia.   Entre los pocos que quedan como representantes de la alta cultura se encuentran los premiados con el Nobel, un galardón que mezcla hábilmente la alta cultura , (los elegidos son presentados por las elites académicas y universitarias de todos los países), con la concesión al sistema, (los premiados se convierten inmediatamente en objeto de atención de la multimedia).  Los elegidos para la gloria pasan entonces a formar parte de lo que el analista  Cristian Campos llama la economía digital que se asemeja más a la economía feudal rusa o india que a un mercado maduro. "El problema para cualquier empresa que desee operar en una red abierta y gratuita es obvio: se necesitan millones de usuarios par que la información que se vende resulte interesante estadísticamente", dice Cristian Campos,  es decir, la cultura contemporánea es la peor enemiga de si misma y  su insistencia en la fama mas que en la ejemplaridad ha minado la repercusión moral del arte, la filosofía la literatura. En otras palabras la necesidad de conseguir lectores a cualquier precio en la nueva imprenta de internet  provoca la simplificación  de los contenidos que han de  resultar atractivos al  consumidor medio.

Higgs: la mejor fórmula para crecer económicamente es desarrollar la ciencia
En el reciente Hay festival  de Segovia asistí a un coloquio en el que a uno de los ponentes principales, el escritor Javier Sierra, se le había llamado para que explicara como había conseguido introducir sus libros en el top ten de los más vendidos en los Estados Unidos lo cual si  bien es cierto que resulta una hazaña a tener en consideración dentro del mundo virtual no nos dice nada del valor intrínseco de su obra. En el mismo coloquio el representante de la editorial Mondadori explicó que su editorial sugiere a los escritores de la casa entrar en las redes sociales e invitan a desayunos de trabajo a los blogueros más influyentes (ya no nos hace falta más que un ordenador para ser directores de nuestro propio periódico)  pero... ¿Y los otrora santones de la crítica especializada?  Al parecer tienden a ser sustituidos por el número de estrellas.
Frente a esta  constante sobreexposición en los medios sorprende la actitud del reciente premio Nobel de física, Higgs, 84 años, inventor de la nueva partícula elemental conocida como el botón de Higgs. Alérgico  al móvil y previendo lo que se le venía encima partió de viaje y posteriormente decidió seguir en paradero desconocido durante la concesión de los premios por lo cual hubo  de retrasarse una hora  el anuncio de su nombre entre los galardonados .
Por cierto, el  consejo del premio Nobel a los políticos españoles también puede reducirse a un tweet: Sería especialmente lamentable que en España ahora se volviera  producir un retroceso científico como en el pasado...Lo que necesita el país es seguir recuperando el terreno perdido . Al fin y al cabo, la mejor fórmula para asegurar su crecimiento económico sería precisamente a través del desarrollo industrial cimentado en la investigación científica.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La silenciosa muerte de Mary Larrañaga

El amor perdido de Jean Cocteau y Luis Escobar. En la foto, interior de la Villa de "Santo-Sospir en la Costa Azul" con frescos de Cocteau

Carmen Lomana o el triunfo de Mariquita Pérez