Consortes y consortas por Teresa Lavalle Cobo





  





   

 El caso Hollande –Trierweiler ha puesto sobre el tapete el papel de los acompañantes de quienes ejercen el poder en el mundo. Reyes, presidentes, jefes de estado, diplomáticos etc. necesitan urgentemente unas reglas de juego definidas por las Constituciones de cada país.

  Las mujeres con carrera propia se niegan hoy a aceptar ser meramente la acompañante del jefe del Estado, quieren tener su propio espacio, ser ellas mismas. Pero esto hoy resulta difícil porque  seguimos modelos del siglo XX, ya caducos, pero que no se actualizan. Leticia Ortiz quiere horario laboral claro, con fines de semana libres, horas extras etc.  Estaría en su derecho si hubiera sido elegida por el pueblo, (Felipe tampoco fue elegido) pero como no ha sido así, debería negociar sus obligaciones con su marido y ante notario.


  Los consortes hombres lo tienen más fácil,  en general no aparecen, están missing. Ejemplo el marido de Merkel (quien por cierto utiliza al igual que Trierweiler el apellido de su primer marido).  En España por lo menos la mujer no pierde su apellido al casarse y a lo largo de su carrera política se llama igual, independientemente de sus matrimonios. Ej: Leticia Ortiz sería  Leticia Guerrero Borbón

     En nuestro país la Sra. Cospedal acaba de salir en defensa de su maridito, diciendo que tiene derecho a trabajar. Creo que nadie lo niega, mientras  su actividad esté totalmente al margen del poder.  Podría ser músico, médico, o bailarín…. Pero no tener una actividad relacionada con la comunidad de Castilla La Mancha.

   En ninguna legislación europea se establecen los derechos y obligaciones de los acompañantes de ruta de quienes ejercen el poder. Van a una recepción oficial, a un viaje al extranjero o no van s egún su criterio, horario o conveniencia, total no les pagan por ello.  La otra cara de la moneda es que esos consortes tienen sus ventajas, vivir en palacios, viajar en primera, comer tres estrellas Michelin, tener guardespaldas etc.

   A la Trierweiler  le apetecía casualmente reponerse en La Lanterne, palacete del Patrimonio Nacional francés, pero en cuanto Hollande le dio puerta tuvo que marcharse. ¿Hubiera sucedido lo mismo si fuera su esposa?
  Olvidaba que el papel de First girlfriend  se lo ha sacado de la manga un presidente francés socialista y muy listo, por eso la titular no tiene derecho a nada.
  Pero es periodista y ha escuchado muchos secretos. ¿Cuánto valen?
  Lo veremos próximamente.



Foto: Ignacio López del Hierro, marido de Mª Dolores de Cospedal


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