Inteligencia Artificial ¿Ahora o nunca?
¿ Hacia donde vamos ?
Por Santiago Álvarez de Toledo, Doctor en Informática, especializado en Inteligencia Artificial, Abogado.
La
aparición de la Inteligencia artificial, precedida de innumerables obras de
ficción, está interesando y a veces emocionando a cada vez más personas,
especialmente a los jóvenes. Pero junto a ese interés y esa emoción corren
parejas unas sensaciones mezcladas de duda e inseguridad. ¿ Puede la I.A. ir teniendo
cada vez más capacidad, de forma que llegue a superarnos a los humanos ?. ¿ Se
puede transformar, de una ayuda inestimable, en algo peligroso para nosotros y nuestra
pretenciosa plataforma de “reyes de la creación” ?. ¿ Puede la avaricia
tecnológica romper el saco ?. ¿Cómo deberíamos reaccionar si se comienza a
prever esa situación ? (Ver más)
Cada
Día Más Aplicaciones
Los principios de la
Inteligencia Artificial fueron duros. La intuición de que iba a llegarse a una
forma de Inteligencia al nivel de la humana era bastante clara para los
investigadores ya desde hacía varias décadas, sin embargo la tecnología no
llegaba a encontrar el camino. Se intentaba al principio proceder de una manera
muy lógica y analítica hasta que los investigadores se dieron cuenta de que el
cerebro funcionaba de forma mucho más caótica o al azar y el orden o la lógica
eran el resultado final de esos procesos y no su principio.
Por ejemplo, algunas aplicaciones de I.A.nos las encontramos hoy al entrar en un parking y ser reconocida nuestra matrícula a base
detectar números y letras, incluso aunque no sean exactamente iguales a las españolas, como ocurre con las matrículas extranjeras. Esta posibilidad de
comprender letras independientemente del estilo en qué están impresas, así como
su tamaño o color ha dado una gran versatilidad al reconocimiento de textos
completos. Incluso, con sistemas de reconocimiento de semejanza sofisticados se
consigue la impresión automática de textos que estaban simplemente escritos a mano. Existen
otros usos interesantes a base también de relacionar imágenes reconociendo su
semejanza. Para detectar de qué persona son unas huellas dactilares y así
permitir su acceso a una zona o edificio reservados, el que esos dedos estén
algo sucios o con alguna pequeña herida
hace las huellas semejantes pero no iguales a las tomadas originalmente.
Reconocer esa semejanza/no igualdad y detectar de qué persona se trata -enormemente
interesante también para investigaciones policíacas en la escena del robo o
crimen- ha ido siendo posible. Igualmente se está utilizando para parecidas
aplicaciones de acceso y policiales el examinar el iris de los ojos de una
persona, y reconocer de quien son independientemente de la posible irritación
pasajera que estos ojos puedan sufrir. Finalmente, en base a metodologías más sofisticadas, se
trabaja con bastante éxito en el reconocimiento de los rostros humanos, pese a
llevar gafas o sombrero y en investigaciones policiales para detectar pelucas,
barbas o bigotes falsos. Van apareciendo otros sistemas de reconocimiento de
imágenes curiosos como, al dirigir hacia el cielo un aparato óptico digital, identificar automáticamente cuál es la constelación estelar
que se está observando.
De una manera parecida fueron surgiendo
aplicaciones de reconocimiento de diferentes sonidos. Palabras, luego frases cortas, no iguales sino semejantes entre ellas, por ser pronunciadas por personas distintas, muy
utilizadas en aplicaciones telefónicas en las que nos interroga “un robot”(y en
las que al principio echábamos en falta que nos reconociera un ser humano). Incluso, dentro de un registro, la identificación de la voz de una persona concreta autora de fraudes por teléfono a bancos, etc. conseguida detectando su tono, timbre, volumen y sus "frases melódicas" típicas.También
la identificación de melodías musicales, que son reconocidas aunque sean
tocadas por diferentes instrumentos, orquestas, o voces humanas.
Lo más importante no nos lo enseñan sino que lo Aprende uno por si mismo
Al
principio, para desarrollar estas aplicaciones, se intentaba siempre que el programador determinara de forma académica los rasgos
característicos decisorios y típicos que indicaban semejanza. Por ejemplo en la letra “O”: Línea,
Redonda y Circular… Pero al llegar al “and” (&) anglosajón u otras muchas
letras y signos más complejos, su detallada descripción y análisis de rasgos característicos no era nada fácil. No
digamos en los casos de rostros humanos o composiciones musicales, mucho más complejos. Y más aún
para incorporar la flexibilidad de la semejanza. Por ello, los avances fueron
más lentos de lo que se esperaba.
Con la
llegada, en el último cuarto de siglo pasado, de las redes de neuronas imitando
los circuitos cerebrales, se dejó que ellas establecieran las características
que unían esas letras y no empeñarnos en hacerlo nosotros. Y así tras observar
muchas letras “R” de diferentes estilos, tamaños y colores las redes de
neuronas establecían la relación entre la “R” y cuáles eran esos caracteres típicos que la unía
inequívocamente a las otras “R’s”. El mismo paso que se dio en el aprendizaje
de los idiomas, cambiando el puro academicismo gramatical por el proceso
asimilativo de los niños para aprender su lengua materna. Estas redes comenzaron así
a hacer posibles muchas aplicaciones inteligentes por relaciones, en áreas
incluso del comportamiento humano. Por ejemplo, si se relacionaban las
características de las compras por tarjeta de crédito de alguien (en qué ciudad
se compraba normalmente, en qué tipo de tiendas, restaurantes u otros
establecimientos, de qué importes aproximados, etc. y de repente se observaba
que la tarjeta se utilizaba en otro tipo muy diferente de establecimientos,
cantidades y ciudades, sin haberse denunciado el robo de la misma, se podía
sospechar de una sustracción por parte del hijo o del cónyuge o alguien cercano
y avisar a su propietario.
El sistema de aprendizaje humano y de los
animales, con el que a base de “prueba y error o éxito” ellos y nosotros
conseguimos sacar el máximo partido individual del entorno y cada vez hacerlo
mejor, está mucho más extendido en la naturaleza de lo que pensamos. La
Evolución también “prueba” pues cada especie tiene crías de diferentes
características. Y si la jirafa hija tiene un cuello algo más corto de la
altura a la que en ese período crecen los frutos en los árboles, acaba muriendo
de hambre y sin descendencia. Las otras crías de cuello más largo prosperan y
tienen descendencia, con lo que estadísticamente y en varias generaciones, las
jirafas, adaptándose al entorno, evolucionan hacia el cuello largo. A lo largo
de la Evolución cada especie consigue así también “hacerlo cada vez mejor” en
su adaptación ambiental. El Aprendizaje humano y animal así como ese Proceso Evolutivo
que, lo llamemos o no “Aprendizaje" se mueve por las mismas reglas, han sido
plasmados en aplicaciones de software de “prueba, error y éxito”. Aplicaciones
de este tipo con su hardware correspondiente como las que siguen. Robots de
limpieza que aprenden el diseño de una habitación para recordándolo limpiarla
posteriormente. Juegos de ordenador que aprenden a conocer la estrategia del
jugador humano para así hacerle cada vez más difícil el ganar. Conducción
inteligente automática de diferentes vehículos sin conductor que aprenden desde aparcar hasta, en el futuro, conducir y
pilotar automáticamente todo tipo de vehículos por aire, mar o tierra y en
cualquier circunstancia. El sistema es sencillo: por ejemplo para aparcar, la
maniobra que dio buen resultado se repite (girar el volante hacia la derecha y
luego suavemente hacia la izquierda, en curva, sin tropezar con la acera y que
las dos ruedas derechas queden lo más cerca posible de ella). Si al principio
se tropieza con la acera, como es un mal resultado, cuando otra vez se esté en
esa misma situación respecto a la acera, no se repite esa maniobra errónea. Se
van repitiendo sólo las de buen resultado, hasta aprender. Lo único complicado
de entender es que, para que aprenda, si el sistema se equivoca se le aplica
“un castigo doloroso” y si acierta “un premio placentero”. Y todo el mundo me
pregunta: ¿ cómo puede sentir el
software el “dolor del castigo” o el “placer del premio” ?. Y yo respondo: eso ya
es para nota, otro día... Estas formas de aprendizaje del movimiento están
comenzando a utilizarse también en robots humanoides, como el de Honda “Asimo,”que
ahora ya pueden caminar, incluso correr a mediana velocidad, saltar, subir
escaleras, levantar pesos, jugar al fútbol, aprehender objetos con la mano,
llevar bandejas mientras andan, etc.
Existen otros sistemas de I.A. para
predicción de las Agencias Meteorológicas, predicciones Financieras, de la
Bolsa y de Economía nacional e
internacional. Todos estos sistemas están basados en algoritmos de
aprendizaje. Por ejemplo, lo ocurrido en la Bolsa después de unas determinadas
circunstancias, ya haya sido un resultado bueno o malo, se registra como tal.
Cuando en el futuro se da la misma correlación de circunstancias, se predice
que ocurrirá lo mismo, bueno o malo y se actúa en consecuencia a esa
predicción. Lo difícil es definir bien esa correlación de circunstancias pues
su conjunto e interrelaciones pueden ser
muy complejos (economía mundial y de diferentes países, movimientos
políticos, guerras, etc.).
Pensando....
En el
área de la Biónica se están desarrollando aplicaciones sorprendentes como,
después de una amputación, poder mover miembros ortopédicos propios con
pequeños motores al detectarse las señales eléctricas de nuestras neuronas. Dichas
señales se producen repitiendo de la forma acostumbrada el intento de mover
nuestros antiguos miembros biológicos y la conexión de los mismos nervios
terminales a los nuevos miembros ortopédicos hace que éstos se muevan.
Se ayuda
a las personas sordomudas a hablar (no pueden hablar porque son sordos y no
oyen las palabras y no porque sean mudos). Ellos observan las letras en la
pantalla, emiten su sonido y entonces el color continuamente cambiante de la
letra les indica cómo la han pronunciado: desde totalmente bien (verde puro)
hasta completamente mal (rojo puro). Poco a poco mejoran buscando el verde puro
y así aprenden a pronunciar letras, sílabas y palabras, a hablar en fin a
través de la vista. Igualmente se está investigando el ayudar a mancos de ambas
manos o minusválidos extremos a escribir, a base de detectar las señales eléctricas
de sus neuronas al pensar ellos las letras en el orden que las escribirían,
transmitirlas al software y de ahí a la impresora. Después de las letras se
detectan las señales correspondientes a las palabras y frases que el impedido quiere escribir y a través del software se imprimen. También está en marcha la
ayuda a mudos para “hablar” a base de transmitir esas mismas señales de letras,
palabras y frases de su cerebro al software y de ahí a seleccionarlas de la grabación
sonora y al altavoz.
En el
área del lenguaje se está avanzando enormemente en traducción automática. Igualmente
en comprensión y elaboración del lenguaje. Este conocimiento lingüístico ya permitió
en los principios de la cibernética, con el programa de conversación “Eliza”, de
Alan Turing, que el ordenador nos respondiera sin nosotros darnos cuenta de que
era un software quien lo hacía y no un ser humano. Hoy se están utilizando unos
algoritmos mucho más avanzados para hacer eso mismo manteniendo activos e
interesados mentalmente a personas mayores o con Alzheimer. Mañana se
transformará en la forma normal de comunicarse entre los robots y los seres
humanos.
¿
Inteligencia a Nivel Humano ?
¿ Con Sentimientos y Conciencia y ?
De todos estos avances que están apareciendo con
aceleración exponencial, parece deducirse que una clave principal para llegar
al nivel de la Inteligencia Humana es el Aprendizaje, pues éste ha sido el que
ha hecho que la Inteligencia aparezca por primera vez sobre la Tierra. El
Aprendizaje, en su forma de “adaptación progresiva de las especies a su
entorno” como hemos dicho, ha existido a lo largo de toda la Evolución. Respecto
a nosotros, ha continuado mejorándonos desde el Australopitecus hasta nuestros
días. Y ahora nosotros mismos, imbuyendo la capacidad de Aprendizaje en los
sistemas que creamos, podemos hacer continuar ese proceso de Mejora Continua, tanto
que es difícil de predecir donde acabará.
Y en esos nuevos Sistemas Inteligentes que
estamos creando, ¿ acabaremos encontrando no sólo Inteligencia sino
Sensaciones, Emociones, Sentimientos y quizás Conciencia ?
Las Sensaciones ya las hemos incorporado en el Aprendizaje de los
Sistemas de I.A. actuales, pues sin una “mala sensación” (dolor) la próxima vez
el Sistema no evitaría aquella acción que le llevó al dolor y entonces nunca
aprendería y acabaría “muriendo” o su equivalente. Otra cosa es la famosa
pregunta de ¿“como algo de metal puede sentir dolor”?. Pues, porque lo importante no es el material de que
esté hecho un Sistema -tejidos
orgánicos o materiales metálicos- sino su estructura y funcionamiento; y la
estructura y funcionamiento de un Sistema de I.A. son muy parecidos a los del
cerebro: es una estructura que funciona sintiendo. Pongamos un ejemplo. Un bebé tiene Sensaciones (palabra
derivada de los “Sentidos”) Placenteras; de calor al estar en brazos de la
madre, del gusto al mamar su leche, etc. Cuando después de muchas de estas
experiencias placenteras, percibe que la madre se le acerca, aunque él no
experimente aún ninguna sensación, el recuerdo mezclado de aquellas y la
expectativa de sentirlas produce, de forma difusa y no relacionada con un
sentido particular, un Sentimiento General Positivo de Alegría… y entonces SONRÍE. Por el contrario, años más tarde, la empatía
que se ha creado entre la madre y él hará que, cuando ella esté enferma y
sufriendo, aunque él no tenga esa Sensación de dolor, ni evidentemente tan
física, sí experimente un Sentimiento General Negativo… de Pena. Pues bien,
esas Sensaciones Concretas de un Sentido y esos Sentimientos Generales Difusos
de varios Sentidos pueden percibirse y registrarse en un Sistema de I. A. tanto
como en el cerebro.
Pero ¿ cómo definir y reproducir en un
Sistema de I.A, algo parecido a lo que sentimos con la Conciencia ?. Hay
Sensaciones, no de lo que se percibe que viene de fuera sino Internas (dolor de
un hueso, picor en la piel, en los ojos, pero no debidos a nada exterior,
Sensaciones de hambre, de sed, sueño, etc.). Estas Sensaciones tienen que ver
con la Conciencia de nuestro mundo absolutamente Interior. Pero cada una de
esas Sensaciones es todavía muy concreta y específica de cada sentido (por
ejemplo el del tacto). Además de ellas hay unos Sentimientos Generales precisamente
de su Conjunto y que por tanto están por encima de cada una de esas
Sensaciones, siendo también claramente Internos. Esos Sentimientos Generales de
Conjunto e Internos, como alegría, tristeza, cansancio o gran fuerza vital
representan mejor lo que vivimos como nuestra Conciencia. Pues bien, de la
misma manera que una Sensación de dolor o placer puede ser percibida y
registrada por una estructura no viva y clasificada separadamente si proviene
del exterior o del interior, un Sentimiento General de Conjunto de todos las
Sensaciones Internas puede ser también percibido y registrado en un Sistema de
I.A. y como se ha dicho sería el equivalente al que nosotros -seres humanos-
percibimos como Conciencia
En este momento está en plan un Proyecto
mío de Software entre la E.T.S. de I. Informáticos (U. Politécnica de Madrid) y
la Facultad de Medicina (U. Complutense de Madrid), con capacidad de
Sentimientos, Emociones y Conciencia, por el que el Software conversa y se
compara con su Ingeniero creador.
En próxima Entrada: segunda parte de “Inteligencia
Artificial. ¿Ahora o Nunca?” :
¿ Puede la I.A.
ir teniendo cada vez más capacidad, de forma que llegue a superarnos a los
humanos ?.
El Camino Adecuado
¿Cómo deberíamos
reaccionar si se comienza a prever esa situación ?.
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