RADIOGRAFÍA PSICOLÓGICA DE LOS LÍDERES POLÍTICOS
Por Santiago Álvarez de Toledo.
Abogado y Doctor Informático en Inteligencia Artificial
(VER MÁS)
EL TANDEM DE PODEMOS NO HA FUNCIONADO
Pasado su éxito indiscutible en las elecciones llegó el momento de construir y negociar desde el Parlamento la formación de un nuevo gobierno. Esa labor siempre ha exigido lo contrario: contener las pasiones, frialdad, cintura, dotes negociadoras, autocontrol y diplomacia.
En estos escenarios suelen funcionar bien los Tandem de dos líderes de temperamentos contrapuestos como en el primer PSOE el del inteligente/sinuoso Felipe González junto al beligerante hasta en su apellido Alfonso Guerra. También funcionan en escenarios como la delincuencia, con "el policía bueno y el malo". Pero siempre sabiendo hacer entrar en acción a uno u a otro según lo pida la situación.
Este tandem hubiera podido funcionar con Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, este útimo temperamentalmente muy autocontrolado y más proclive a la negociación. Pero Pablo Iglesias tiene un carácter jerárquico, dictatorial y agresivo y ha querido permanecer como líder único monopolizador de todas las situaciones. Como única locomotora del tren de Podemos, Iglesias se ha lanzado por las vías cuesta abajo con iniciativas beligerantes, exigencia de sillas, actitudes ofensivas de perdonavidas y dramaturgias teatrales. Las tensiones han crecido con los grupos territoriales asociados y hasta en el corazón del propio partido, donde ha generado una oposición encabezada por Errejón que cree más eficaz una estrategia negociadora. La crítica de estas políticas se ha materializado en dimisiones en grupo lo que ha hecho estallar a Pablo Iglesias con destituciones fulminantes y nuevos nombramientos.
La monopolización autoritaria del mando no ha funcionado en Podemos y las encuestas lo han reflejado en una bajada sensible de intención de voto. Iglesias tendrá que ser cuidadoso para no resbalar por la pendiente del exceso energético de liderazgo que llevó al precipicio a UPyD.
En estos escenarios suelen funcionar bien los Tandem de dos líderes de temperamentos contrapuestos como en el primer PSOE el del inteligente/sinuoso Felipe González junto al beligerante hasta en su apellido Alfonso Guerra. También funcionan en escenarios como la delincuencia, con "el policía bueno y el malo". Pero siempre sabiendo hacer entrar en acción a uno u a otro según lo pida la situación.
Este tandem hubiera podido funcionar con Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, este útimo temperamentalmente muy autocontrolado y más proclive a la negociación. Pero Pablo Iglesias tiene un carácter jerárquico, dictatorial y agresivo y ha querido permanecer como líder único monopolizador de todas las situaciones. Como única locomotora del tren de Podemos, Iglesias se ha lanzado por las vías cuesta abajo con iniciativas beligerantes, exigencia de sillas, actitudes ofensivas de perdonavidas y dramaturgias teatrales. Las tensiones han crecido con los grupos territoriales asociados y hasta en el corazón del propio partido, donde ha generado una oposición encabezada por Errejón que cree más eficaz una estrategia negociadora. La crítica de estas políticas se ha materializado en dimisiones en grupo lo que ha hecho estallar a Pablo Iglesias con destituciones fulminantes y nuevos nombramientos.
La monopolización autoritaria del mando no ha funcionado en Podemos y las encuestas lo han reflejado en una bajada sensible de intención de voto. Iglesias tendrá que ser cuidadoso para no resbalar por la pendiente del exceso energético de liderazgo que llevó al precipicio a UPyD.
En el PSOE, un secretario general bien parecido, cuya juventud ha visto multiplicado su valor político en bolsa al convertirse en "tendencia". Pedro Sánchez está además hechizado ante la posible perspectiva de una Presidencia a los 44 años. Dubitativo, mirando a la izquierda, su lado natural, pero sospechando de un Podemos poco fiable y al tiempo coaligándose con su derecha, pero sólo con Ciudadanos, quizás por el error de haber llamado "indecente" a Rajoy en público. Pero hay que reconocer su tenacidad y su valor de al menos intentar una coalición mixta y harto difícil.
RAJOY CONVERTIDO EN ESTATUA DE SAL
Pasivo e inmóvil como ya decía de él su propio partido cuando estaba en la oposición, confíando en la estrategia del paso del tiempo. Especialmente blando e ineficaz en la negociación internacional -consiguió más Franco de Hitler que él de Angela Merkel-. Pero astuto -de "terras galegas"- sabiendo presentar sus aceptaciones serviles en la escena internacional como victorias propias, metamorfoseándose en el salvador de la economía española, sangrante ironía cuando se acaba de descubrir el real y enorme déficit de España. Argumentando de una manera hipócrita sofismas jurídicos (pese a tener la carrera de Derecho) para no dar cuenta de sus actos a los únicos representantes actuales de la voluntad del pueblo, el Parlamento, cuando el Gobierno está "en funciones" precisamente porque hoy ya no representa esa voluntad popular. Finalmente, media hora antes del plazo, el sentido común jurídico prevaleció y Rajoy claudicó.
LAS ENCUESTAS DE ÚLTIMO MINUTO DE CADA PARTIDO DECIDIRÁN TODO
El juego está claro para los partidos. Depende de la aritmética de los votos. El único partido que parece tener sentido de estado y visión a largo plazo para decidir sus estrategias es Ciudadanos. Los demás actúan sobre todo por las probabilidades de llegar al poder según la suma de votos. Toda esta etapa de tanteos, guiños, plantes teatrales y rayas rojas al compás del temperamento y la psicología de cada líder, va a cambiar en las próximas semanas. Al acercarse el final del trayecto, los partidos han de decidir claramente si prefieren nuevas elecciones o no. Para ello cuentan con sus propias encuestas de intención de voto al último minuto, que les ponen de cara a la fría realidad de poder ir a una situación aún peor a la que ahora tienen y entonces las posturas orgullosas, erguidas y altivas van a transformarse en verdaderos ejercicios de yoga, aceptando lo antes inaceptable. Parecido a la reacción de Rayoy en la última media hora. Cada día que pasa se abandonan las teorías generales y se concretan más las condiciones.
Podemos, ante una previsible caída importante de votos podría aceptar ir con PSOE/Ciudadanos o no facilitar el referéndum catalán e incluso abstenerse si la disminución de votos por ello es menor que la de ir a nuevos comicios. Con esto último conseguiría un gobierno preponderantemente de izquierdas, poderle criticar desde la oposición sin tener que bregar con una gran falta de presupuesto y no ir a nuevas elecciones donde probablemente perdería escaños.
El PP, si previera que en las nuevas elecciones iba a quedarse prácticamente donde estaba y quizás a empeorar algo, Ciudadanos a tener una subida significativa y el PSOE alguna mejora, ante ese escenario que seria su última oportunidad para formar parte del gobierno y no quedarse en la oposición, podría estar dispuesto a coaligarse con PSOE/Ciudadanos, incluso quizás aceptar a Sánchez como presidente.
El PP, si previera que en las nuevas elecciones iba a quedarse prácticamente donde estaba y quizás a empeorar algo, Ciudadanos a tener una subida significativa y el PSOE alguna mejora, ante ese escenario que seria su última oportunidad para formar parte del gobierno y no quedarse en la oposición, podría estar dispuesto a coaligarse con PSOE/Ciudadanos, incluso quizás aceptar a Sánchez como presidente.
También el PSOE podría aceptar una presidencia del PP si finalmente la presión interna en ese partido y el atractivo para Rajoy de "quedar bien ante la Historia como Político Sacrificado por España" le hicieran ceder su puesto a otro candidato.
De cualquier forma dado que con nuevas elecciones los partidos emergentes continuarán, incluso algunos creciendo bastante, todos estarán finalmente obligados a entenderse entre ellos para no empeorar aún más. Por eso, las manifestaciones teatrales de pureza y rayas rojas estiladas hasta ahora van muy probablemente a descafeinarse ante la cruda y última realidad de un precipicio más profundo. Todo está por ver y muy pronto.
De cualquier forma dado que con nuevas elecciones los partidos emergentes continuarán, incluso algunos creciendo bastante, todos estarán finalmente obligados a entenderse entre ellos para no empeorar aún más. Por eso, las manifestaciones teatrales de pureza y rayas rojas estiladas hasta ahora van muy probablemente a descafeinarse ante la cruda y última realidad de un precipicio más profundo. Todo está por ver y muy pronto.
Comentarios
Publicar un comentario