¿Quién me manda leer a Faulkner?
Desde estas Navidades, de manera intermitente, vuelvo a una novela de William Faulkner, traducida al español como El Villorrio . Hoy, finalmente, la he acabado. Aquí tengo que hacer una confesión que comprendo constituye una herejía para los fetichistas de los gigantes de la literatura: la verdad es que para entrar en el mundo de Faulkner con toda la admiración que se quiera para: su estilo increíble, su equilibrio entre la capacidad de unir una composición narrativa con una excelsa capacidad expresiva o su brillante utilización del Stream of consciouness , los múltiples puntos de vista y los saltos temporales, he de aburrirme un poco. Y es que Faulckner es uno de los autor clásicos de los últimos siglos que me resulta más difícil de leer. Aunque reconozco que el deslumbramiento ante algunas de sus descripciones y la belleza y hondura de ciertas escenas compensa el esfuerzo realizado, necesito un tiempo para sumergirme en la dureza adusta de sus paisajes sureñ